Una remodelación completa del cuarto de baño implica mucho más que cambiar las piezas sanitarias y la porcelana del piso. Particularmente cuando se trata de viviendas que ya tienen unos años, es necesario repensar los espacios y ajustarlos a las necesidades de la vida moderna. En muchos casos se sustituyen las bañeras por platos de ducha, consiguiendo un mejor aprovechamiento del área. También podemos cambiar la disposición del lavabo y el inodoro, aunque en este caso podría ser necesario cambiar las tomas de agua del baño. Por tratarse de un trabajo que requiere cierta experiencia, es aconsejable que el mismo sea realizado por un fontanero profesional. Pero si te sientes capaz de emprender la tarea o quieres saber exactamente en qué consiste la obra, a continuación te explicamos paso a paso como cambiar las tomas de agua de un baño.
¿Qué son las tomas de agua de un baño?
Pero, ¿qué son las tomas de agua? Pues simplemente son las conexiones que enlazan las piezas sanitarias con la instalación de tuberías de tu casa. Estas canalizaciones están diseñadas de forma tal que pueden unirse a los grifos del lavabo, la cisterna del inodoro o la ducha, mediante un latiguillo con rosca. También pueden acoplarse a electrodomésticos como la lavadora o el lavavajillas.
Es importante aclarar que estas conexiones están planificadas para surtir de agua caliente o fría, según haya sido diseñada la instalación. Pero no te preocupes, porque todo esto puede modificarse para adaptarlo a tus exigencias, si se cuenta con la ayuda de un profesional.
En ocasiones también es necesario cambiar las tomas de agua para solucionar una avería. Estas generalmente se deben a una instalación incorrecta, el mal uso de los grifos o porque han estado mucho tiempo sin utilizarse. Un fontanero especializado podrá realizar estas reparaciones y garantizarte el correcto funcionamiento de todas las piezas y su durabilidad.
¿Cómo cambiar las tomas de agua de un baño paso a paso?
Antes de emprender cualquier trabajo de fontanería lo primero que debes hacer es cortar el suministro de agua. Si la toma dispone de una llave que permite cerrar el agua en el punto, no será necesario cerrar el paso general. En caso contrario, deberás ubicar la llave general e interrumpir el flujo del agua en toda la vivienda. Este suele encontrarse cerca del contador de agua, generalmente en la cocina o el lavadero. Seguidamente, abre los grifos para permitir que caiga el agua que pueda quedar en la tubería, antes de empezar a trabajar en la instalación.
Ahora deberás desenroscar el latiguillo de la llave de escuadra que está en la pared. Este es un buen momento para comprobar el estado de las juntas, pues con el paso del tiempo tienden a deteriorarse y originan fugas de agua. Si es necesario sustituirlas, asegúrate de comprobar que el diámetro de las mismas coincida con el del latiguillo. Para desenroscarlas utiliza una llave inglesa para aflojar las tuercas, girándolas en sentido contrario a las agujas del reloj. Ahora podrás separar la junta del latiguillo con la ayuda de un destornillador. Conviene que sepas que la conexión de agua caliente es la que se encuentra del lado izquierdo, y la fría es la del lado derecho.
Y ya que estás en eso, aprovecha para limpiar la rosca de la tubería con un cepillo de cerdas duras, preferiblemente de metal.
Ya puedes proceder a instalar la nueva toma de agua. Estas piezas suelen tener un embellecedor. Envuelve la rosca con cinta de teflón o aplica teflón líquido, antes de colocar la toma, de forma tal que esta protección quede entre ambas piezas, para sellar bien y prevenir cualquier microfuga. Si utilizas cinta debes apretarla bien mientras la envuelves, para que no quede floja. Unas diez o quince vueltas serán más que suficientes.
Asegúrate de que la nueva toma haya quedado firme y enrosca el latiguillo, apretándolo bien, pero sin forzar la rosca. Ya puedes abrir nuevamente el paso de agua, para comprobar que no haya ninguna fuga. Ten a mano una bayeta por si ocurriera algún accidente.
Pasados unos minutos, puedes abrir la llave del grifo para verificar que todo el sistema funcione correctamente. Si hubiera alguna fuga o notas que el flujo de agua ha perdido presión, lo más recomendable es que llames a un fontanero profesional para que revise la instalación. No olvides que cualquier pequeño desperfecto puede convertirse a la larga en un problema mayor.
Si la remodelación incluyó el cambio de ubicación de las piezas sanitarias, o las has desplazado algunos centímetros, tendrás que utilizar un latiguillo de mayor longitud. Es muy importante que esta pieza no quede tirante, pues sería más propensa a romperse o averiarse y podría causar una inundación.
Por otra parte, como recomendación general recuerda abrir y cerrar las llaves de paso de agua una vez al mes, para evitar que se bloqueen.
Como ves, cambiar las tomas de agua de un baño puede ser una tarea sencilla, siempre que no necesites una reestructuración completa de la instalación. El proceso aquí descrito se aplica también para realizar la sustitución de las tomas de agua de la cocina. Pero si necesitas conectar dos electrodomésticos a una toma, como el lavavajillas y el fregadero, es preferible que dejes la labor en manos de un profesional, pues se trata de una obra un poco más complicada y puede traerte muchos dolores de cabeza. Además, generalmente en esas zonas el espacio de trabajo es muy reducido y puede ser realmente incómodo. Los euros que te piensas ahorrar en el técnico, tal vez tengas que luego gastarlos comprando pomadas para aliviar el dolor de espalda.